falta de sueño.

Cerré la puerta despacio, sin hacer ruido porque ella estaba soñando algo placentero, se le notaba en la cara.
Caminé por la sala oscura apoyando los pies muy suavemente, todo se iluminaba apenas con la tibia lumbre que producía mi cigarro. Lo hacía porque tenía una historia que escribir y luego de tanto buscarla durante el día la muy cretina aparecía a las tres aeme.
Con apenas unas líneas los párpados me pesaban como si fuesen un centenar de hojas… no resistí y caí dormido.
Me desveló el día en una habitación sin puertas ni ventanas, lo único que escuchaba era su risa detrás de las paredes.

esto no es todo amigos...


Y el monstruo atacó otra vez, se colgó del cuello de los pocos sobrevivientes disfrazado de burocracia y sangre fresca. Solo quedaron un montón de cráneos aplastados y risas que rebotaban en las copas y la vajilla de plata.
Las miradas se cruzaban confundidas, mientras fumaban su pipa de ojos rasgados y politizaban prohibiendo los polvos que ellos mismos transformaban en lodo.
La mentira se fue instalando y formando parte de los que miraban cómplices y asustados, quizás agradecidos por no salir del paso.
... y todo quedo tan normal, el payaso siguió sirviendo carne entre dos panes y todos contentos.

el objetivo -remasterizado-

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vida y comportamiento de los Estetoscopios

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bucle repetido.

En la puerta había una gorra negra, dibujada con lápiz que tapaba la pequeña ventana que daba hacia afuera, pero eso no era importante porque yo estaba atrapado y jodido si no encontraba las llaves.

El reloj daba su tic tac cada vez más y más sonoro, perforaba los tímpanos y el desorden era tal que no podía centrarme. Me sentía aturdido, creo que por el golpe, pero sabía muy bien que todo dependía de mí, las esperanzas iban en un sólo sentido y los gritos desde el otro lado eran insufribles.

Todo era un bucle que hartaba mi vida, si es que esa repetición era vida.