Atardecer los engrudos de tus dientes
desparacitando tus fieles palabras
que rebotan sobre la carne febril
de tus labios de cona.
La tropa de pequeños poemas
caen por tus babas de hierro,
salen agujas de los ojos.
La tinta se seca en los árboles
y el cielo es una perra en minifalda.